«Señor, dame serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar, valor para cambiar aquellas que sí puedo, y sabiduría para reconocer la diferencia» Reinhold Niebuhr
Sí, es cierto, somos seres humanos… imperfectos. Exigirnos en exceso y buscar constantemente la perfección puede hacernos vivir en un sufrimiento constante. Siempre habrá momentos en los que sintamos miedo, inseguridad, dudas… Nos equivocaremos muchas veces y es fundamental aprender a perdonarnos y a querernos a pesar de todo ello. Aplicar ciertas dosis de auto indulgencia es un mecanismo necesario para alcanzar una sana autoestima.
Sin embargo, situarnos en el otro extremo puede llegar a ser igualmente dañino y auto destructivo. Aceptarse significa ser consciente de que es imposible alcanzar la perfección. Pero prestemos atención ante alguna característica en nuestra personalidad o un comportamiento que genere consecuencias del tipo:
- Nos hace sufrir en algún aspecto de nuestra vida.
- Hace sufrir a personas de nuestro entorno.
- Nos crea situaciones problemáticas.
- Conlleva pérdidas de algún tipo: personas importantes para nosotros se alejan de nuestra vida, pérdida de empleo, de oportunidades, incapacidad de mantener relaciones afectivas sanas, etc.
En este caso ya no estamos ante un rasgo de nuestra personalidad que debamos aceptar y/o que los demás tengan que aceptar en nosotros. En este caso lo que deberíamos aceptar es que tenemos un asunto que resolver.
Esta falsa auto aceptación es muy frecuente detrás de una típica frase: «es que yo soy así y no puedo cambiar», mientras que en el fondo lo que subyace es una gran resistencia al cambio y una incapacidad para enfrentarse y resolver el verdadero problema.
Lo cierto es que todos nuestros comportamientos son aprendidos y elegidos. No nacimos «así«…, siempre podemos elegir cambiar determinados aspectos, y debemos hacerlo cuando el modo de comportarnos en cuestión genera sufrimiento y situaciones indeseadas (para ti o para las personas que te rodean). Insistir en tapar lo que está suponiendo un problema en nuestras vidas…, pensar que se resolverá solo como por arte de magia…, puede dificultarnos en alto grado nuestro camino. Los problemas no desaparecen porque «miremos para otro lado», más bien ocurre al contrario: cuanto más insistamos en negarlos, más grandes se harán con el paso del tiempo.
Si la Vida te pone delante cualquier tipo de inconveniente no es porque quiera ensañarse contigo, tómalo como un reto, una oportunidad para subir un escalón en tu crecimiento y evolución. Deja de parapetarte tras un falso «todo está bien en mí, yo soy así», «es el mundo el que está en mi contra», y ponte manos a la obra. Las situaciones conflictivas que constantemente te rodean, son un reflejo de un conflicto que aún no has resuelto en tu interior. Si crees que no puedes tú sol@… busca ayuda, para eso estamos los profesionales.
La Vida es un continuo reinventarse, y para hacerlo no queda más remedio que desprenderse de todos aquellos comportamientos que aprendiste en el pasado y que ahora ya están caducos y obsoletos. Termina con lo que ya no sirve y ¡DECÍDETE A BRILLAR! ¡Será entonces cuando tu Vida BRILLE CONTIGO!
Fuerza y ¡ADELANTE!
Hola te invito a seguir mi blog http://ladelibroabierto.wordpress.com/2014/08/22/girl-power-donde-estas/
Gracias. Un saludo
Como siempre, muy buenos consejos. Estupendo artículo Diana!
Gracias guapísima!!! Me alegra saber que sirve… aunque sólo sea para reflexionar un poquito. Un abrazote enorme!!