Diana Calvo Vinssac – Psicoterapia transpersonal – UCDM – Hipnoterapia – Coaching

Las relaciones como «espejo»: sé quién soy gracias a ti

Los seres humanos tenemos tendencia a ver «la paja en el ojo ajeno», dejando de lado la «viga en el propio». Curiosamente, lo que más nos irrita de los demás, es precisamente lo que deberíamos trabajar en nuestra persona. Cuando te descubras criticando o juzgando alguna actitud de otro, piensa en lo siguiente:

  • EN QUÉ ASPECTO DE TU VIDA Y/O CON QUIÉN ESTÁS ACTUANDO DE IGUAL FORMA.

En ocasiones nos molestan determinadas actitudes en los demás porque en el fondo nos «resuenan» con ciertas actitudes propias de las que no queremos ser conscientes. Por ejemplo, nos puede irritar enormemente que nuestra amiga permanezca en una relación infeliz y que no se decida a terminarla para comenzar una nueva vida más feliz. Es normal que nos afecte que alguien querido se sienta mal, pero si te irrita y te molesta especialmente, párate y piensa… ¿no será que tú eres infeliz con alguna situación de tu vida que también tienes miedo de cambiar?… Ver en el otro una actitud que nosotros también estamos llevando a cabo (aunque sea en otras parcelas), puede incluso llevarnos a una actitud intolerante con respecto a la cuestión que observamos. 

  • UNA PERSONA TE IRRITA PORQUE MANIFIESTA ALGO DE LO QUE TU TE CREES INCAPAZ O ESTÁS REPRIMIENDO.

Por poner un ejemplo, puede irritarte enormemente que alguien muestre actitudes «egoístas». En este caso quizá no seas capaz de admitir que en verdad necesitas pensar más en tí mism@ y expresar con más claridad y frecuencia tus propias necesidades. Y ver que otro lo hace de forma tan clara, incluso exagerada, puede despertar en ti esa incomodidad: «él puede hacerlo y yo no soy capaz«.

Por otro lado, quizá te irrite la gente que posee alguna cualidad que admiras y piensas que no tienes. Si te descubres sintiendo envidia, piensa en que no puedes ser capaz de ver algo en otro que tu no poseas previamente. Por tanto, eso que admiras está dentro de ti y sólo tienes que potenciarlo y hacerlo crecer. Si trabajas esa cualidad en ti mism@ ya no tendrá sentido que la envidies… Recuerda que tú y solo tú eres el/la responsable de tu modo de ser y comportarte. Siempre puedes cambiar lo que quieras en tu persona.

  • EQUILIBRIO

Si eres demasiado perfeccionista… probablemente encuentres constantemente a personas descuidadas, olvidadizas y torpes. Si eres demasiado enérgic@, atraerás a personas indecisas y pasivas… Y si «no son así«, se comportarán así contigo, aunque sea de manera inconsciente. En la naturaleza todo tiende al equilibrio y cuando muestras de forma exagerada algún aspecto de ti mism@… la vida te compensará con la polaridad opuesta, siempre con el objetivo de que pongas consciencia en que tu forma de manifestarte se encuentra en el extremo contrario. Si eres capaz de observarlo y recuperar tu equilibrio, esas personas desaparecerán de tu vida o bien cambiarán su comportamiento hacia ti.

Todos somos espejos y este es uno de los sentidos más grandes que tienen las relaciones humanas: conocernos a través de nuestro reflejo en los demás. Es divertido poder comprobar que estamos rodeados de grandes «maestros» si somos capaces de DESPERTAR. 

Te propongo que examines aquellas conductas en la gente de tu alrededor: pareja, padres, hijos, amigos…, que te molestan, te irritan y te «sacan de tus casillas». Quizá descubras algo interesante sobre tu persona que hasta este momento ha permanecido oculto.

Un abrazo infinito,

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