Diana Calvo Vinssac – Psicoterapia transpersonal – UCDM – Hipnoterapia – Coaching

¿Qué quieres ser de mayor?

Ayer me encontré con una película que me hizo soltar alguna lagrimilla (eso no es nada raro, ya que una es muy sentida), pero que también me hizo reflexionar sobre el modo en que creamos nuestra vida.

La película en cuestión, “El chico”, cuenta la vida de un asesor de imagen (Bruce Willis), algo amargado, irritable, con falta de empatía y un poco alejado de sus emociones. De repente llega a su vida un niño que resulta ser él mismo cuando contaba con la edad de 8 años. Tras la sorpresa inicial y el posterior rechazo hacia ese niño que él quería olvidar, no le queda más remedio que convivir con él unos días. El niño le observa y no le gusta lo que ve, ya que no tiene nada que ver con lo que él quiere ser de mayor.

Como es de suponer, el protagonista va conectando poco a poco con ese niño y con todo lo que había olvidado. Redescubre sus sueños en los que quería ser piloto, tener una familia y un perro. También descubre el motivo de su desconexión emocional…

En ese momento pensaba en que me encantaría encontrarme con esa niña un día de estos. Quisiera que me contara qué es lo que quiere ser de mayor, cuáles son sus sueños, sus esperanzas…  Quisiera volver a conectar con la magia y la fantasía, con esos deseos puros y limpios, libres de todo prejuicio y miedo.

Cuando somos niños aún no estamos tan contaminados por lo que está bien o mal, por lo que es o no posible, por lo que debe o no debe ser… simplemente nos dedicamos a jugar, a vivir día a día, soñando y sintiendo lo que sentimos sin plantearnos si es correcto o deja de serlo. Y precisamente es en la infancia cuando nuestros dones se despliegan en todo su potencial…, cuando estamos más cerca de nuestra esencia…, de nuestra alma.

¿En qué momento nos perdimos? ¿Cuándo ocurrió ese punto de inflexión? ¿Cuándo cambiaron nuestros sueños?

En un momento de la película, el protagonista le cuenta la situación a una amiga, y esta le contesta: “nuestros sueños de niños eran ser astronauta o bailarina, pero al final hacemos lo que podemos”.

¿Por qué entramos en ese juego? Nos dirigen, nos forman y nos aborregan para que sirvamos a un sistema que nos hace infelices y desgraciados, que nos hace alejarnos de nuestra esencia, de nuestra individualidad, originalidad y espontaneidad. Un sistema que nos aleja de nuestro Ser más profundo y de los verdaderos deseos de nuestra alma, aquellos por los que estamos aquí y por los que somos únicos e irrepetibles.

Vamos dejando de cumplir nuestros sueños quizá para cumplir los deseos de otros… Hacemos lo que se espera de nosotros, pero no lo que vinimos a hacer.

Si sientes que estás perdid@, que tu vida no es aquello que deseabas…, nunca es tarde para buscar lo que te apasiona… Da un paseo por tu infancia… ¿a qué jugabas, qué era lo que te gustaba hacer, qué soñabas para tu futuro como adulto, en qué cosas destacabas fácilmente…?

Recupera esa conexión, invita a tu niño olvidado a visitarte y deja que te cuente…

Mi abrazo infinito,

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