Lo cierto es que estas son fechas en las que nos gusta recogernos al abrigo de nuestros seres más queridos. Y estas relaciones pueden no ser tan idílicas como quisiéramos… o quizá nos encontremos lejos de todos ellos…, quizá estas relaciones sean casi inexistentes… Por otra parte, el paso de los años hace que vayamos acumulando pérdidas que en estas fechas se hacen más patentes…
Sí…, quizá tengamos muchas razones para sentirnos fatal en estas fechas. Sin embargo, yo he decidido rebelarme ante todas estas ideas, y he decidido buscar razones para seguir siendo esa niña que antaño esperaba con entusiasmo las Navidades:
- Me encanta ver las casas y las ciudades llenas de LUCES y COLORES. Me gusta ver las mesas vestidas con sus mejores galas: vajillas estupendas, flores, velas, manteles, cristalería, comidas ricas… Me inspira alegría y ABUNDANCIA. Deberíamos ofrecernos este tipo de homenajes muchas más veces a lo largo del año.
- En verdad creo que cualquier ocasión es buena para CELEBRAR: que estoy viva, que respiro, que tengo muchas cosas que agradecerle a la Vida…
- Es una época perfecta para despertar mi CREATIVIDAD. No tengo que consumir mucho más de lo normal. Con imaginación puedo cocinar platos riquísimos sin gastar mucho dinero. También puedo regalar objetos hechos con mis propias manos, y ni siquiera tengo que regalar “cosas”, a veces una demostración de Amor de cualquier índole puede ser el mejor de los regalos.
- A excepción del día de mi cumpleaños, jamás recibo tantos buenos deseos juntos, ni tengo la oportunidad de desear cosas buenas a tantas personas. Me gusta que todo el mundo se desee felicidad, abundancia, amor. Sea verdad o mentira…, sea por compromiso o porque sale del corazón… me subo al carro de la “BUENA ENERGÍA” y me elevo con los BUENOS DESEOS.
- Aunque pueda echar de menos a ciertas personas u otras épocas más felices… las personas que HOY tengo a mi alrededor merecen toda mi ALEGRÍA y ATENCIÓN. Me siento AGRADECIDA porque hoy están a mi lado y eso me hace sentirme feliz.
- He decidido no reunirme con nadie con quien no desee hacerlo realmente. Es mejor “una vez colorada que ciento amarilla”. Y en el caso de que sea ineludible, sé que puedo programar mi mente con pensamientos positivos para sentirme de la mejor forma posible en esa reunión. Y, por supuesto, puedo marcharme cuanto antes.
- Me fascina poder contemplar la MAGIA que rodea a los niños. Mirar sus caritas y sus ojos llenos de estrellas me lleva de viaje hacia esa niña que yo SOY y siempre seguiré siendo… Y entonces elijo seguir creyendo en la MAGIA y en los MILAGROS. Elijo la INOCENCIA y la capacidad de SORPRENDERME ante la maravilla de lo que me rodea.
Sí, yo también he vivido y he sufrido lo suficiente como para sentirme desesperanzada, dolida, cerrada, enfadada…, he podido comprobar los sinsabores de la Vida que tratan de llevarse con fuerza toda mi Fe y mi CONFIANZA. Tengo muchas razones para sentirme mal, pero también otras tantas para sentirme BIEN. Y en ellas quiero enfocarme. Es igual que sea Navidad, Semana Santa o Vacaciones estivales… Recordemos amig@s: no es lo que sucede, sino lo que yo elijo colocar en mi mente ante lo que sucede.
En Navidad, yo sigo eligiendo buscar en mi mundo todas aquellas razones para sentirme BIEN… ¿y tú?
¡¡Mis mejores deseos!!