Las 12 vértebras dorsales tienen una particularidad, y es que sirven de sostén posterior a las costillas, siendo éstas últimas las encargadas de proteger grandes órganos vitales como son el corazón y los pulmones. Es fácil suponer, por tanto, que la parte media de nuestra espalda se hará eco de nuestros conflictos emocionales… ¿qué podemos estar somatizando cuando nos molesta esta zona?
Los mensajes de tu cuerpo:
- Falta de apoyo e inseguridad emocional: ¿realmente me quieren?.
- Dolor al sentirte criticado y/o traicionado (“puñalada en la espalda”).
- Sentir desconfianza, culpabilidad, tristeza.
- Dificultad para expresar las emociones.
- Dolor que supone una carga difícil de llevar.
- Gran sensibilidad y necesidad de auto-protección para no resultar herido.
- Sentirse víctima de los acontecimientos.
- Enfado y autoritarismo como estrategia de defensa ante el miedo.
Consejos:
- Lee con atención cada uno de los puntos anteriores.
- Sé sincer@, es una información sólo para ti. Tomar conciencia de lo que estás reprimiendo es el primer paso para que la situación pueda cambiar y así comenzar a liberarte.
- Recuerda que lo importante no es lo que ocurre, sino el modo en el que tú lo estás contemplando.
Algunas pautas para comenzar a cambiar:
- Deja de preocuparte por el hecho de si te quieren o no. Comienza a quererte tú mism@ y actúa de acuerdo a tus necesidades. Todo lo que ocurre en tu vida y en tus relaciones comienza por ti. No puedes esperar que los demás te quieran, te apoyen y te respeten si no comienzas a hacerlo tú mism@ contigo.
- Todo el mundo hace lo que puede desde el lugar en el que está y gracias a la información de que dispone en ese momento, incluíd@ tú mism@. Deja de juzgar y de juzgarte. Nadie es culpable sino responsable. Cuando seas capaz de observar tus relaciones personales desde la “butaca” (y no desde tu papel en el escenario), podrás comprobar que siempre hay un 50% de responsabilidad en cada uno de sus miembros cuando existe conflicto. Comprender este hecho te hará sentir que no existen víctimas ni verdugos. Todos actuamos bien y mal, todos somos malos y buenos… todo es relativo.
- Los acontecimientos de tu vida son atraídos por tus pensamientos y emociones. Por tanto, si estás viviendo una situación que consideras injusta y te sitúas en el papel de víctima sufridora… te resultará más difícil resolverla. Una vez más, mira la situación desde la “butaca” y observa una posible actitud por tu parte que haya podido ocasionar lo que ahora estás viviendo.
- No es necesario que te protejas. Sé tú mism@, y si eso implica ser confiad@ y sensible… ¡enhorabuena! Potencia esas cualidades porque… ¡¡son fantásticas!! Valora a las personas de tu entorno con las que puedes ser realmente tú y aléjate emocionalmente de todas aquellas con las que sientes necesidad de protegerte. Obedece a tu intuición y en base a ella gestiona tus relaciones, situando a las personas de tu entorno en distintos niveles de apertura y confianza. Y sobre todo… permítete ser TÚ MISM@ pero permite también a los demás ser como quieran ser.
Mi abrazo infinito,