¿Por qué atraigo Relaciones Tóxicas?
Según mi experiencia, hay dos momentos en la vida en los que comenzamos a hacernos preguntas:
- Cuando sucede algún hecho doloroso que marca un antes y un después.
- Cuando observamos que la historia se repite, y varios acontecimientos muy similares se suceden, sin que podamos ser capaces de evitarlos.
Hablando de relaciones tóxicas, puede ocurrir que hayas vivido una tan dolorosa que, efectivamente, haya marcado un punto de inflexión en tu vida. O puede ser que hayas detectado a varias parejas tóxicas en tu historia y, aunque las abandones, sigues atrayéndolas sin remedio. Para rizar más el rizo, también puede ser que hayas vivido ambas situaciones: varias relaciones tóxicas (incluso también en otros ámbitos: trabajo, amigos…), y que como colofón haya llegado ESA relación que ha marcado el antes y después.
A veces la vida te habla en susurros… y si no la escuchas, levanta un poco el tono. Y este tono va subiendo… y subiendo… hasta que el grito es tan potente que ya no te queda más remedio que escuchar. Y esta escucha es fundamental para dar el primer paso… ¡hacerte preguntas! Sin embargo, en muchas ocasiones las preguntas no son las correctas.
«¿Por qué me ocurre esto a mí?»
«¿Por qué atraigo o he atraído a este tipo de personas y relaciones a mi vida, cuando yo respeto a todo el mundo y no hago daño a nadie?»
Y sí…, entiendo que estas son las primeras preguntas que aparecen. Pero a no ser que ese “¿por qué?” te lleve a buscar la causa, el resto de “por qués” siempre te llevan a un lugar de victimismo, incomprensión y esterilidad.
Yo diría que otra pregunta es necesaria para cambiar la perspectiva: ¿Para qué?:
¿Para qué he vivido esta relación o estas relaciones?
¿Hacia donde me obliga a mirar mi vida al experimentar esto?
¿Cuál es el aprendizaje?
Este tipo de preguntas te llevan a mirar a otros lugares donde ese dolor tiene un sentido más allá de lo aparente, donde puedes ser capaz de trascenderlo, donde puedes crecer… Cuando nada tiene sentido toca bucear e internarse en aquellos lugares que no has querido mirar hasta el momento. Sí, hablo de tu inconsciente… ese vasto y desconocido “lugar” que realmente es el que está marcando tu camino.
Recuerda que tu mente consciente solo supone un 5% de la misma, mientras que tu inconsciente es el que, con su 95%, tiene más peso en lo que atraes a tu experiencia.
Conscientemente, seguro que estás deseando tener una relación sana, incluso sabes cómo sería, puedes describirla y tienes la teoría muy clara en tu mente. Sin embargo, parece que tuvieras un “cartel en la frente” que dijera: “aquí, aquí, vengan a mí… personas tóxicas”. Ese cartel que es invisible para ti, no lo es tanto para las personas que se sienten atraídas por tu energía. Aunque tú no lo quieras, esa es la información que vibra en ti con mayor intensidad.
Para observar esa información inconsciente que, en ocasiones, te juega estas “malas pasadas”, hay 3 lugares donde puedes investigar:
- Inconsciente individual, creencias que se han forjado en tu propia experiencia de vida (normalmente la infancia).
- Inconsciente colectivo, creencias que has adquirido en el entorno, la cultura y la sociedad en la que vives.
- Inconsciente familiar, información heredada de tus ancestros.

Efectivamente, no solo has heredado información <<biológica>> de tu familia, sino también modos de comportarte, normas implícitas… y sí… también toda aquella información inconsciente de tus ancestros. Sobre todo, aquella que ha quedado sin resolver (por eso es inconsciente). Y puesto que ha quedado sin resolver, sigue apareciendo en forma de mil y una situaciones para que alguno de sus miembros pueda reconocerla, aceptarla y sanarla.
Tu genealogía es un sistema en sí mismo que constantemente se auto regula buscando el equilibrio. Y para mantener este equilibrio, en ocasiones te encuentras tomando decisiones que no son las que deseas… ¿por qué aguantas determinadas historias en tu vida, si te están haciendo daño? ¿por qué atraes a tu vida las mismas situaciones una y otra vez, aunque las rechaces?
En cualquiera de los dos casos, es importante que investigues todo lo que puedas de tu historia familiar. Quizá llevas arrastrando un patrón determinado por fidelidad familiar con algún miembro o miembros de tu clan… Quizá puedas estar experimentando el ser “víctima” de una relación abusiva en un intento de reparar a un ancestro maltratador.
Como ves, la información que lleves en esa parte inconsciente familiar, puede ser determinante e influyente en tu experiencia de vida.
Por otro lado, en el momento de tu concepción, tus padres (cada uno con sus propias herencias genealógicas), han podido “programar” en ti su deseo inconsciente de resolver sus propios asuntos. De tal manera que tu Vida siempre parece ir hacia el lado opuesto de lo que realmente deseas. Es lo que se llama el Proyecto y Sentido. Te conviertes en el proyecto de tus padres y ese es el sentido que cobra tu vida. Aunque no tenga nada que ver con lo que tú deseas.
Te pondré como ejemplo mi caso personal. Ese cartel invisible decía con letras muy grandes: “pareja NO” … y los motivos eran varios:
- Por un lado, un proyecto y sentido de <<salvadora>> o bastón de la vejez, por el cual tenía que cuidar a mis padres. Fue necesario un trabajo muy intenso con mi árbol genealógico y con la culpa, para ser capaz de terminar con esta situación.
- Por otro lado, una fidelidad hacia un miembro de mi clan. Su sufrimiento en pareja me llevó a reparar su historia.
Por este motivo nunca conseguía tener relaciones amorosas sanas. Un par de ellas, que sí fueron más estables y largas, me llevaron a pesar casi 100 kg en las dos ocasiones. Me protegía de ellas distanciándome a través de capas de grasa, porque para mi inconsciente, tener pareja significaba estar en peligro.
Curioso, ¿verdad?
Fue necesaria una toma de conciencia importante en todo este asunto para liberarme de todas estas cargas familiares que estaban, literalmente, destruyendo mi vida sentimental. Yo estaba “programada” para no tener pareja, ni hijos… para quedarme en casa de mis padres y cuidarlos. “La pareja es peligrosa” era el susurro de mi clan. Por este motivo me sentía tan culpable si abandonaba la casa familiar. Por este motivo engordaba cuando estaba en pareja…, o atraía hombres no disponibles emocionalmente.
Es frecuente sentir culpa e infelicidad cuando estás haciendo lo contrario de lo que marcan tus programaciones inconscientes. Se presenta una gran incoherencia: lo que quieres conscientemente no “encuentra eco” en tu mente inconsciente.
Por eso puede aparecer la culpa cuando eres feliz, o cuando acaricias con la punta de los dedos la posibilidad de una buena vida. Y esta culpa puede ser el motivo de grandes auto sabotajes cuando aparecen cosas buenas en tu vida que, terminan siendo fugaces, porque finalmente logras “espantarlas”.
También ocurre que cuando “no obedeces” a esa programación inconsciente familiar, una parte de tu cerebro más primitivo percibe el <<peligro>> de ser expulsado del clan. Esa memoria ancestral te recuerda que todo aquel miembro de un grupo que resultara expulsado del mismo, corría peligro de muerte, ya que él por sí sólo, no podría subsistir a todas las amenazas de un mundo hostil. Y este es el motivo de que permanezcas fiel a tu sistema familiar. Aunque hoy no tenga sentido para ti, aunque ni siquiera te relaciones con tu familia… estamos hablando de algo inconsciente.
¿Cómo liberar toda la programación de tu inconsciente familiar? Conociendo sus historias, sí, las más desagradables a veces, pero es necesario que puedas escuchar por fin cuales son los susurros de tu clan. Aquellos que llevas contigo y ni conoces. Aquellos que ponen esos carteles en tu frente y que te llevan a vivir historias indeseadas. Cuando escuches… esos carteles dejarán de estar “en tu frente” para estar “enfrente”. Ese reconocimiento te permitirá comenzar a ser LIBRE. Y como buena noticia te diré que todo este trabajo también liberará a tu clan. Tus hijos, sobrinos, nietos… ya no necesitarán manifestar las mismas historias una y otra vez.

No te parece un bonito… ¿para qué?
Si deseas hacer este trabajo, puedes comenzar por aquí:
Mi abrazo infinito,
